domingo, 26 de julio de 2015

Hospital Psiquiátrico - Castillo Teleky - Mocioni

El camino por suerte tenía una bicisenda y en pocas horas estábamos en el Monasterio Franciscano María Radna al pie de los Cárpatos y el río Mures a su lado. Constaté la descripción de Fermor del lugar y encontré grandes diferencias debido a que estaba en proceso de restauración. Por suerte la estatua de San Francisco de Asís que describía con gran precisión estaba aún en su lugar! Luego descansamos en la plaza de Lipova y se acercó Petros, un vagabundo con gran corazón: nos ofreció una botella de cerveza entera y nos invitó a su casa a dormir. Conversamos unas tres horas un poco en español y otro en rumano y nos contó que amaba la Natura! (Naturaleza), le encantaba estar todo el día tirado en la sombra de una plaza y nos contó la historia de su vida. Nos despedimos con un abrazo. 

Acampamos al atardecer al lado del Río Mures y por la mañana salimos con destino a Câpâlnas a unos 45 kilómetros río arriba. Decidimos tomar el camino mas que va al lado del río, entre pequeñas montañas y ripio cada tanto. Pasamos por pueblitos que solamente había 10 casas pero siempre una mic biserica (pequeña iglesia en Rumano). 
En el pueblo de Bata nos acostamos a dormir en la iglesia al lado del cementerio en una excelente sombra de álamos con pájaros carpinteros rojos y blancos que nos despertaban con sus golpes.

La razón que nos traía a este lugar entre los Cárpatos era que Patrick Leigh Fermor había sido invitado por el Conde Jeno (Eugenio) Teleky, a su Kastely (Castillo). Jeno había sido educado en Inglaterra y era un erudito, famoso entomólogo y tenía una biblioteca inmensa en el castillo.
Jeno murió en la época de la Segunda Guerra Mundial y fue enterrado en el bosque que tiene el castillo. Los comunistas llegaron a Rumania y en 1948 el castillo fue Nacionalizado, el hijo de Jeno estuvo preso y torturado, al recuperar la libertad terminó su vida alcohólico y sin dinero.
Los comunistas dispusieron de todos los bienes del castillo y fundaron un psiquiátrico que funciona hasta hoy.
Nick Hunt un viajero Inglés que realizó el trayecto de Fermor en 2011, me contactó con Illeana la bisnieta del Conde Teleky. Su padre recuperó después de la revolución en 1989 el castillo y hoy cobra un alquiler del gobierno. Le pregunté a Ileana si podíamos alojarnos en el Castillo (hoy psiquiátrico) y me contestó que había arreglado todo para que cuando lleguemos nos reciban, agregó que le hubiera gustado acompañarnos pero por razones de trabajo y de vivir en Bucarest no podía. 
Alrededor de las 4 de la tarde llegamos a Câpâlnas y dos hombres con un niño estaban con un acordeón, les iba a preguntar por el Hospital Psiquiátrico y uno de ellos se adelantó y dijo: el Hospital? Y en Rumano me dijo algo como que trabajaba en el hospital de asistente de cocina, Le pregunté su nombre y me dijo: Lucían y nos acompaño hasta el Hospital.
Allí nos presentó al encargado Mihai, su abuela había trabajado en la época de los Teleky, en seguida subimos al tercer piso y nos dieron nuestra habitación junto a la de las pacientes mujeres. Dos camas de hospital había dentro, una mesa con dos sillas y una estufa antigua a leña revestida de cerámicos verdes decorados con flores. 
Mihai señaló la panza y nos llevo a la cocina en el subsuelo, cruzamos algunos dormitorios donde se veían pacientes vestidos en pijamas en medio de la oscuridad con signos de depresión, mientras cruzamos Mihai cerró la puerta. 
La cocina a leña gigante parecía original de los tiempos de Fermor, nos sirvieron una sopa con trozos de carne y arroz con un plato de repollo hervido con agua fresca. Bono? preguntó Mihai y con Quique asentimos con nuestras cabezas. 
Nos presentó a las enfermeras y nos dijo que cualquier problema que tuviéramos golpeáramos esa puerta que el vendría del pueblo. Luego se despidió cortésmente y nos recordó que la cena era a las sapte 7.
Debido al calor me fui a dar una ducha y me hizo acordar a mis tiempos del liceo militar ya que son esas habitaciones con muchas duchas abiertas donde se bañan mas de una persona a la vez, cerré la puerta como me dijo Mihai y disfruté del agua caliente que se calentaba con un calefón a leños, el termómetro del calefón marcaba 38 grados. Pero al terminar alguien quiso entrar y dije en español: ya va! Al salir un paciente un poco enojado me dijo algo que no entendí y al decirle: eu no vorbesque limba romana,  me preguntó de donde era y al decirle Argentina sonrío. En Rumania cada vez que decíamos que éramos de Argentina la gente se ponía contenta.
Luego dormimos una siesta y alrededor de las cinco bajamos para recorrer el castillo. Bajamos por las escaleras de madera trabajadas a mano, observamos el techo de vidrio central que iluminaba un gran cuarto en el primer piso con balcones internos y llegamos al hall principal donde vimos pinturas realizadas tiempo atrás por los pacientes, luego nos dirigimos a el salón principal donde al salir llegábamos a una terraza.
A pesar de los años y la expropiación que sufrió en manos de los comunistas vimos que el castillo se encontraba en excelente estado y que había sido restaurado dos años atrás. 
En la terraza nos sentamos con Quique a jugar al ajedrez y bastó mover peón cuatro rey para que se acerquen diferentes hombres a preguntarnos de donde éramos, algunos hablaban Alemán, otros italiano y en especial nos hicimos amigos de Coronel (así le entendí). Quiso jugar al ajedrez y resultó un excelente jugador, me enseñó todos los nombres de las piezas, una de ellas se llama como mi hija: Regina (Reina). Luego se acercaron como diez y nos rodearon y comenzaron a hablar de diferentes temas: los húngaros son peligroso, los búlgaros son más peligrosos, Messi es el mejor jugador del mundo, Hagi (mundial 1994 numero 10 de Rumania) fue un excelente jugador que tiene una escuela de fútbol en Constanza, y así hasta que se hizo el horario de comer. Coronel nos indicó que hiciéramos la cola y nos explicaba como funcionaba todo: comimos una sopa de entrada y un arroz con azúcar parecido a nuestro arroz con leche y agua fresca. 
Luego con el fresco del atardecer se acercó Cecilia la médica psiquiátrica  y Giorgio el enfermero y nos explicaron que el lugar se tratan todas las enfermedades mentales y que hay 78 pacientes. Subimos al techo con Giorgio y sacamos fotos de las montañas, el bosque y el Río Mures.
Después de comer se acercó un paciente  que nos indicó que fuéramos a recibir nuestra medicación, fue difícil explicarle que no estábamos internados y que veníamos de Holanda caminando y en bicicleta siguiendo a un escritor Inglés que estuvo hace 80 años atrás......él creía que realmente necesitábamos medicación. 
Caminamos a las antiguas caballerizas, un poco por el bosque y recorrimos nuevamente todas las salas. Ya entrada la noche nos fuimos a acostar. Golpearon la puerta y era Giorgio para darnos el correo electrónico de Cecilia para que le enviemos las fotos que habíamos sacado y nos sugirió cerrar con una traba la puerta. Pensamos que no era necesario y nos dormimos plácidamente con vista a las montañas. 
A la madrugada escuché que alguien abría la puerta, era una mujer mayor con un pañuelo en la cabeza que se había confundido y traté de explicarle pero no me entendía que este no era su cuarto y la acompañé a las habitaciones de las mujeres. 
Por la mañana saludamos a todos, especialmente a los hombres con los que nos relacionamos  más, Coronel estaba en el jardín y nos dio un abrazo. Mihai nos llevó a la cocina y nos adelantó el desayuno para que nos fuéramos con la panza llena. Luego nos acompañó hasta la puerta y mientras nos íbamos se quedó esperando hasta que dobláramos la larga arboleda. 

Muchas gracias a Lucían y su esposa, Mihai, Claudia, Cecilia, Giorgio, Coronel, a las cocineras y especialmente a Illeana por habernos permitido disfrutar de el bello Castillo, de su gente y la historia que se respira. 



Monasterio Franciscano María Radna



Petros, nuevo amigo vagabundo!





Castillo Teleky - Mocioni (Psiquiátrico desde 1948)



Castillo Teleky - Mocioni (Psiquiátrico desde 1948



Jugando al ajedrez con Coronel



Con Giorgio, uno de los enfermeros, arriba del techo del Castillo



Antigua Estufa a leñas, cada habitación cuenta con una.



Mihai se ocupó de nuestra estadía en el Hospital. Su abuela trabajaba en el Castillo.


5 comentarios:

  1. Creo que lo mejor de su viaje es el trato con las personas, gracias nuevamente por compartir sus experiencias, buen viaje!

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  2. Creo que lo mejor de su viaje es el trato con las personas, gracias nuevamente por compartir sus experiencias, buen viaje!

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  3. Creo que lo mejor de su viaje es el trato con las personas, gracias nuevamente por compartir sus experiencias, buen viaje!

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  4. Gracias por tu comentario y estoy totalmente de acuerdo contigo! Cuando quieras venir a Argentina serás bienvenida en mi casa! José

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    1. :) jeje, pues gracias, mis puertas también estarán abiertas si deciden visitar La bella!

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