martes, 30 de junio de 2015

Boppard - Bingen - Worms - 30 años esperando para un abrazo

Andreas nos dejo en la ciudad de Boppard por la mañana temprano. Decidimos hacer dedo a las barcazas del Rhin como hizo Patrick Leigh Fermor pero resultó difícil sumado al mal clima. Así que seguimos caminando hacia el sur.
Esta parte es conocida como El valle Superior del Medio Rhin o también Rhin Romántico dado que muchos escritores recorrían la belleza de los paisajes en busca de inspiración.
Un lugar especial de este lugar se llama la roca de Loreley y es un risco de 120 metros con una fuerte pendiente, es una zona de aguas poco profundas y en el curso de los siglos muchos marineros especialmente los desprevenidos han perdido su vida. Recordé un viejo tema de Scorpions llamado Loreley. 
Unos kilómetros más adelante nos encontramos con la Torre de los Ratones (Maüsethurm) Victor Hugo la describió perfectamente:

Torre de los ratones

Desde que había empezado a anochecer, sólo tenía un pensamiento. Sabía que, antes de llegar a Bingen, un poco antes de la confluencia con el Nahe, encontraría un extraño edificio, una lúgubre morada ruinosa, de pie entre los juncos, en medio del río y entre dos altas montañas. Aquella morada ruinosa era la Maüsethurm.

Cuando era niño, por encima de mi cama tenía un pequeño cuadro rodeado de un marco negro que no sé qué criada alemana había colgado en la pared. Representaba una vieja torre aislada, enmohecida, destartalada, rodeada de aguas profundas y oscuras que la cubrían de vapores, y de montañas que la cubrían de sombras. El cielo por encima de aquella torre era sombrío y cubierto de nubes horrendas.

Por la noche, después de haber rezado a Dios y antes de dormirme, miraba siempre aquel cuadro. Lo volvía a ver en mis sueños y me parecía terrible. La torre aumentaba, el agua hervía, un relámpago caía de las nubes, el viento soplaba en las montañas y, por momentos, parecía lanzar clamores. Un día le pregunté a la criada cómo se llamaba aquella torre. Santiguándose, me respondió que se llamaba la Maüsethurm. Y luego me contó una historia. Que en otros tiempos, en Maguncia, en su país, había habido un malvado arzobispo llamado Hatto, que era también abad de Fuld, sacerdote avaro, según ella, que «abría la mano más para bendecir que para dar». Que un mal año compró todo el trigo de las cosechas para revendérselo muy caro al pueblo, pues aquel cura quería ser muy rico. La hambruna fue tal que los campesinos morían de hambre en los pueblos del Rin. Que entonces el pueblo se reunió alrededor del burgo de Maguncia, llorando y solicitando pan. Que el arzobispo se lo negó.

En este punto, la historia se hacía terrible. El pueblo hambriento no se dispersaba y seguía rodeando el palacio del arzobispo, gimiendo. Hatto, enojado, hizo rodear aquellas pobres gentes por sus arqueros que detuvieron a hombres y mujeres, ancianos y niños, y los encerraron en un troje al que prendieron fuego. Fue, añadía la vieja criada, «un espectáculo ante el que hasta las piedras habrían llorado» pero Hatto no hizo sino reír; y cuando aquellos desgraciados, expirando entre las llamas, lanzaban gritos lamentables, éste dijo: «¿Estáis oyendo a las ratas silbar?»

Al día siguiente, del troje fatal sólo quedaban cenizas; no había nadie en Maguncia; la ciudad parecía muerta y desierta cuando, de repente, una multitud de ratas, que pululaban en el troje quemado como los gusanos en las úlceras de Asuero, salían de debajo de la tierra, surgían de entre las losas, salían por las grietas de los muros, renacían bajo el pie que las aplastaba, se multiplicaban bajo las piedras y bajo las mazas, e inundaron las calles, la ciudadela, el palacio, los sótanos, las salas y las alcobas. Era un azote, una plaga, un repugnante hormigueo.

Fuera de sí, Hatto abandonó Maguncia y huyó hacia la llanura pero las ratas lo siguieron; corrió a refugiarse en Bingen que tenía altas murallas, pero las ratas pasaron por encima de las murallas y entraron en Bingen. Entonces el arzobispo mandó construir una torre en medio del Rin y se refugió en ella con la ayuda de una barca alrededor de la cual diez arqueros golpeaban el agua; las ratas se arrojaron al agua, cruzaron el Rin, treparon por la torre, royeron las puertas, el tejado, las ventanas, los techos, los suelos y, llegadas por fin a la mazmorra en la que el miserable arzobispo se había escondido, lo devoraron vivo.

Ahora la maldición del cielo y el horror de los hombres pesan sobre esta torre llamada Maüsethurm. Está desierta, en ruinas en medio del río y, a veces, por la noche, se ve salir de ella un extraño vapor rojizo que parece el humo de una hoguera, pero es el alma de Hatto que regresa.

¿Han observado ustedes algo? La historia es en ocasiones inmoral, los cuentos son siempre honestos, morales y virtuosos. En la historia el más fuerte prospera, los tiranos triunfan, los verdugos gozan de buena salud, los monstruos engordan, los Sila se transforman en buenos burgueses, los Luis XI y los Cromwell mueren en su cama. En los cuentos el infierno es siempre visible. No hay falta que no tenga su castigo a veces incluso exagerado; no hay crimen que no traiga tras de sí un suplicio con frecuencia espantoso; no hay malvado que no se convierta en un desgraciado a veces digno de lástima. Eso ocurre porque la historia se mueve en lo infinito y el cuento en lo finito. El hombre, que hace el cuento, no se siente con derecho a exponer los hechos y dejar suponer las consecuencias de los mismos; porque palpa en la oscuridad, no está seguro de nada, necesita acotarlo todo por medio de una enseñanza, un consejo y una lección; y no se atrevería a inventar acontecimientos sin conclusión inmediata. Dios, que hace la historia, muestra lo que quiere y conoce el resto.

Maüsethurm es un término cómodo. Se ve en él lo que se quiere ver. Hay espíritus que se consideran positivos -y que no son sino áridos-, que expulsan de todo la poesía, y están siempre dispuestos a decirle, como aquel hombre positivo al ruiseñor: «¡Quieres callarte, maldito animal!» Este tipo de mentes explican que la palabra Maüsethurm viene de maus o mauth, que significa peaje. Declaran que en el siglo X, antes de que se ensanchara el cauce del río, el paso del Rin sólo estaba abierto por la orilla izquierda y que la ciudad de Bingen había establecido por medio de esta torre su derecho de fielato sobre los barcos. Se apoyan en que aún hay cerca de Estrasburgo dos torres parecidas dedicadas a la percepción de impuestos sobre los transeúntes, que también se llaman Maüsethurm. Para estos graves pensadores inaccesibles a las fábulas, la torre maldita es una puerta de consumos y Hatto un portalero o aduanero.

Para las gentes sencillas, entre las que me incluyo gustoso, Maüsethurm procede de maüse, que viene de mus y significa rata. Esa supuesta puerta de consumos es la torre de las ratas, y el aduanero un espectro.

Después de todo, las dos opiniones podrían conciliarse. No es absolutamente imposible que hacia el siglo XVI o el XVII, después de Lutero, después de Erasmo, los bugomaestres incrédulos hubieran utilizado la torre de Hatto y hubieran instalado provisionalmente alguna tasa y algún peaje en aquella ruina de mala fama. ¿Por qué no? Roma hizo del templo de Antonino su aduana, su dogana. Lo que Roma hizo respecto a la historia, Bingen pudo hacerlo respecto a la leyenda. Así, mauth tendría razón y maüse no estaría equivocada.

Sea como fuere, desde que la vieja criada me narró el cuento de Hatto, la Maüsethurm había sido una de las visiones habituales de mi espíritu. Ya saben, no hay hombre que no tenga sus fantasmas, como no hay hombre que no tenga sus quimeras. Por la noche pertenecemos a los sueños; a veces los atraviesa un rayo de sol, a veces lo hace una llama; y según el reflejo colorante, el mismo sueño es una gloria celestial o una aparición del infierno. Efecto de luz de Bengala que se produce en la imaginación.

Yo debo reconocer que la torre de las ratas, en medio de su charca de agua, siempre me pareció horrible. Por lo que -¿me atreveré a confesarlo?- cuando el azar, que me pasea a su antojo, me condujo a orillas del Rin, el primer pensamiento que se me ocurrió no fue que vería la cúpula de Maguncia, o la catedral de Colonia o el Palatinado, sino que podría visitar la torre de las ratas.

Víctor Hugo 

Dormimos cerca de Bingen en un bosquecito para cubrirnos de la lluvia. Llovió toda la noche.
El Rhin en esta zona dobla en un gran ángulo con destino a Maguncia, nosotros decidimos acortar camino y dejamos de seguir el río para avanzar hacia el sur. Al despertar caminamos todo el día y acampamos muy tarde junto a la ruta debajo de unos árboles, por la mañana el sol nos despertó y por suerte el buen clima nos acompañó hasta Worms.
Llegamos temprano a Worms y visitamos el cementerio judío mas viejo de Europa que data del año 1040. Muchas lápidas tenían pequeñas piedras y según lo que me comentó kike significa que la piedra es un símbolo de la vida más allá de la muerte. En vez de utilizar flores que se marchitan usan piedras que parecen eternas. Además vimos lápidas con dos manos y preguntamos a un visitante que le sacaba fotos y nos comentó que eran descendientes directos varones de Aarón que según la Biblia es el hermano de Moisés. Se llaman las manos de Cohen.
Luego visitamos una antigua Sinagoga y nos fuimos a recorrer la Catedral de San Pedro.
Worms es el escenario de la historia de Sigfrido y El Anillo de los Nibelungos. Junto al Río esta la estatua de Hagen arrojando el tesoro. Leímos que aún lo buscan.
Hace unos días se comunicó con nosotros uno de mis mejores compañeros del Liceo que hace 30 años que no lo veo. Richard vive cerca de Karlsruhe, Alemania, y se ofreció gentilmente a buscarnos en Worms, alojarnos en su casa unos días, para luego dejarnos en algún lugar y así no alterar nuestro recorrido. En seguida le dijimos que si y nuestro viaje hizo un viraje como el Rhin. 




Visitando la Sinagoga - kippa en la cabeza



Cementerio Judío en Worms - Piedras en la lápida



Manos de Cohen



Risco de Loreley - Foto de internet




Ciudad de Worms - Lugar de la leyenda del Anillo de los Nibelungos




Catedral de Worms



jueves, 25 de junio de 2015

Brohl (Treis-Kardens)

El camino a casa de Andreas en subida fue duro al principio, faltando un kilómetro se puso peor. Una nube negra se ensañó con nosotros, comenzaron a caer baldes de agua y quedamos totalmente mojados ya que no había ningún árbol cerca. Las mochilas y la protección contra la lluvia funcionaron bien pero nosotros quedamos al borde del resfrío con el agua fresca.
Llegamos de Andreas y fue muy cómico porque nos dejó papelitos pegados por todos lados, la casa decía ACÁ!, en el horno: Comida!, en la heladera: Cervezas!, en la cervezas: más cervezas en el sótano!, en una puerta: dormitorio! Un genio! 
Así que nos sacamos la ropa mojada, nos dimos una ducha de agua caliente, preparamos mate (Andreas tenía cachamate y bombilla!) y calentamos la comida. ¡Cuánto valor se le da a las simples necesidades cotidianas cuando las recuperás! Una mesa, un baño, comida caliente,...
Andreas llegó más tarde y compartimos una cerveza y nos comentó que al otro día saldríamos a visitar la zona. El vive solo con sus 7 gatos y dos erizos que lo visitan al caer el sol, es un especialista en idiomas y habla excelente español, inglés, catalán, hebreo y alemán por supuesto. A cada gato le habla en su idioma!
Por la mañana salimos a un típico y auténtico Schloss (castillo), llegamos al Castillo Thurant y desde su torre se podía observar el Río Mosela con las terrazas de viñedos sobre las montañas. El castillo fue totalmente reconstruido y como siempre acotaba Andreas: los espíritus ya se han ido!, luego fuimos a un pequeño pueblo llamado Münstermaifeld (papista dijo Andreas) antiquísimo y muy bien conservado donde el obispo se ocupaba de cobrar los impuestos para la antigua ciudad de Treveris, la visita siguió al lago Laacher que es el cráter de un volcán de hace 13000 años atrás y luego caminamos hasta a la Abadía de María de Laach.

En la Abadía encontré parte de una historia que siempre me preguntaba de chico. La pregunta que me hacia es sobre cómo evolucionó en los últimos 2000 años la misa (Liturgia).
En la cripta de la Abadía María de Laach se celebró la primer misa como la conocemos actualmente. Odo Casel fue el responsable del "Movimiento litúrgico" (Liturgische Bewegung) vivió en la Abadía y propuso fervientemente el cambio de las Misas Tridentinas (las de espaldas y en latín que se celebraron desde 1570 a 1962!!!). En 1922 en una pequeña capillita que estuvimos arrodillados con Kike, se celebró la primer misa como la conocemos e influyó para que el Concilio Vaticano II realice los cambios.

Andreas dijo: les falta ver un poco de Nacionalismo Alemán! Y condujo hacia Koblenz.
Caminamos hasta la "esquina alemana" como la llaman aquí, el Río Mosela se unía al Rhin observados por la estatua ecuestre de Guillermo I y Germania. 

Cuando Patrick Leigh Fermor en 1933 llegó a este punto describió de esta forma el lugar: 

"...Un promontorio parecido a una plancha de hierro se internaba en el río, y en la punta, sobre un pedestal, se alzaba la colosal estatua de bronce del káiser Guillermo I, remontándose en el aire entre los gorriones y las gaviotas...."

"....¡El Mosela! Yo sabía que aquel meandro que viraba bruscamente bajo los puentes y se perdía de vista era el último tramo de un largo valle de la mayor importancia y belleza. Una gaviota que volara río arriba vería a lo largo de muchos kilómetros serpenteantes terrazas de viñedos y, si lo deseara, descendería para penetrar por las grandes puertas negras romanas de Trier, sobrevolaría el anfiteatro y cruzaría la frontera con la región francesa de Lorena. Rozando las veletas de la antigua ciudad merovingia de Metz, se instalaría entre las rocas de los Vosgos, donde nace el río. Por un momento sentí la tentación de seguir esa ruta, pero entonces iría hacia el oeste, y así jamás llegaría a Constantinopla...."

La estatua ecuestre fue totalmente destruida por los franceses en 1945 y recién con la caída del muro se colocó un modelo similar de la estatua del Kaiser.
Andreas con su irónico humor comentó: esta es el mejor ejemplo de erotismo Alemán! Un río que tiene artículo masculino (Der Rhine: El Rhin) junto a otro río que tiene artículo femenino (Die Mosela: La Mosela) vistos por los dos voyeuristas mas famosos se Alemania: Germanía y Guillermo I
Nos invitó un kebab y los turcos que atendían nos preguntaron de donde éramos y Andreas les contó: enseguida hablaron de Maradona, Messi y el Che Guevara. Uno de ellos me mostró que se le ponían los pelos de punta al hablar del Che Guevara. 
A la vuelta a Brohl pensaba lo buen anfitrión que había sido Andreas, lo relajado que estuvo y todo lo que habíamos aprendido junto a el, no solo de las excursiones sino de como debe comportarse uno al recibir invitados en su casa. Terminamos la noche probando un típico vino blanco a Riesling del Mosela con un queso Brie y hablando de viajes futuros.
Gracias Andreas por todo: te espero nuevamente por Argentina y suerte en tu próximo viaje!



Vista del Río Mosela desde el castillo Thurant 







Cripta donde se celebró la primer misa como se celebra actualmente








Todas las tardes cuando el sol cae llegan dos erizos a comer la comida de los gatos!



miércoles, 24 de junio de 2015

De Bonn a Koblenz - Solsticio de Verano - Kilómetro 400!

De Bonn a Koblenz
Salimos temprano de Bonn con bastante energía por el desayuno. Las ampollas pasaron por todas las etapas y lo bueno es que ya no dolían. 
El camino junto al Rhin tenía un sendero muy marcado por robles y tilos, los asientos de madera mirando al Río invitaban a descansar. La gente camina con sus perros y cada tanto pasan grandes cruceros con jubilados que van parando en cada pueblo para luego continuar. Lo que los ingleses llaman Hop on Hop off.
Por ser sábado todo estaba casi cerrado y teníamos poca comida. Pero nuestro camino nos dio el resto, encontramos decenas de cerezos con sus frutos a punto de ser consumidos. Pero los caminantes se ocupaban de comer todo lo que había a la altura del hombre, así que con los bastones nos ayudamos y cosechamos mas de un kilo. Nuestra marcha continuó con risas, cerezas y el río. 
Los pueblos iban pasando: Oberkassel, Königswinter, Bad Honnef, Linz,...
Después de una larga y agotadora jornada acampamos con vista al Rhin, sentados en lo alto de un muro con las piernas sin tocar el piso miramos pasar barcazas y barcazas comiendo las cerezas y esperando que el sol caiga, iba a tardar bastante ya que comenzaba el solsticio de verano e indicaba que el día sería el más largo del año. 

Domingo 21: Día del Padre!

Nos levantamos, nuevamente cerezas de desayuno y comenzamos nuestra caminata a Koblenz donde nos encontraríamos con Andreas, un excelente amigo Alemán que se alojó en casa hace dos años atrás. 
A mediodía llegamos a Bad Honningen y nos encontramos con una feria de antigüedades. Cada puesto se especializaba en algo, relojes antiguos, autitos de colección, artículos de guerra, monedas, lámparas,...No me gusta comprar algo que no sea útil y menos viajando a pie. Pero me himnotizó un antiguo bastón con pequeñas chapitas de diferentes pueblos clavadas en todo el bastón. Claro, Patrick Leigh Fermor (el escritor que estamos siguiendo) lo mencionaba en su libro: 

"........el estanquero me preguntó: «Wollen Sie einen Stocknagel?» («¿Quiere una insignia para el bastón?»), me sentí perdido. De un cajón, donde las guardaba en una pulcra hilera, sacó una plaquita curva de aluminio, de unos dos centímetros y medio de largo, que tenía grabada en relieve una panorámica del pueblo y su nombre. Me dijo que costaba un Pfennig . Tomó mi bastón, insertó una tachuela en el orificio que había en cada extremo del pequeño medallón y lo fijó a la madera. Cada localidad de Alemania posee su propia placa, y al cabo de un mes, cuando perdí el bastón, ya tenía adheridas veintisiete de esas placas y brillaba como una vara de plata....."

Muy bonito pero los 40 euros que costaban no me sedujeron además tenía ya mis bastones diseñados tecnológicamente con un resorte especial para la tendinitis! 
Nos sentamos a descansar junto a una orquesta y el tema que tocaron se nos volvió en el caminar como un himno ya que a Kike le gusta silbar. Todavía no se como se llama. (Parece la película de nueve reinas ya que estoy tratando de saber hace rato el nombre, hasta me fijé en la aplicación Shazam y canto tan mal que no me lo reconoce)

Seguimos junto al Rhin y llegamos a Koblenz, Andreas nos había dado su dirección que vive en un pequeño pueblito cerca del Río Mosela ya que estaría ocupado el domingo en Koblenz para encontrarse con una chica. Pero milagrosamente lo encontramos en Koblenz! Increíble! 
Nos reímos un rato y el fue en el encuentro de su chica y a nosotros aún nos tocaba caminar 7 km de subida a nuestro nuevo hogar! Brohl cerca de Treis-Garden. 

















martes, 23 de junio de 2015

Bonn - Kilómetro 352

Con Stefan y Betina! 
Salimos de Colonia muy tarde y lloviendo. Nuevamente sobre el río Rhin seguía la industrialización. Después de unas horas llegamos al Rhin y decidimos almorzar junto a unas vías del tren disfrutando de como las barcazas hacían fila una detrás de otras avanzando río arriba.
La lluvia se hizo muy intensa y nuevamente acortamos nuestra caminata con un tren de 12 kilómetros.
En Bonn nos esperaba nuestro anfitrión Stefan, un licenciado en Ciencias de la Computación en el último año de su doctorado! Stefan vive con su novia Betina que es Profesora de Matemática y estudia Latín. Decidieron que en el próximo octubre, luego de terminar sus carreras, comenzarán a viajar durante casi 8 meses. Empezarán por Bangkok, Laos y Camboya. Luego la idea ir a Honduras y comenzar a bajar pasando por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
Stefan es un caballero, primero fuimos a su casa a dejar las mochilas y luego nos llevó a recorrer la ciudad: La Universidad, el viejo palacio, la alcaldía, las plazas y los mercados. Siempre acompañando todo con una excelente descripción. Mientras caminábamos le preguntaba de todo y con gran paciencia me explicaba con detalles.
Luego nos encontramos con unos amigos y fuimos a tomar una cerveza a un bar.
Por la noche conocimos a Betina en su casa y nos quedamos charlando de viajes y proyectos hasta altas horas de la noche. Betina y Stefan son muy divertidos y cálidas personas. Hacen una pareja ideal!
Por la mañana desayunamos, nos saludamos con un fuerte abrazo y lo invité a casa en Rosario. Le prometí que el haría un asado en casa en el 2016!
Stefan y Betina: gracias por su hospitalidad! Nos sentimos muy cómodos! Los esperamos en Argentina!

lunes, 22 de junio de 2015

Köln (Colonia) Kilómetro 327

Viernes 19 de junio.
Huevos revueltos con tomate nos preparó Sebastián, pan, quesos y dulces. Un fuerte abrazo de despedida de viajeros que saben lo que es el camino!
Luego de unos kilómetros encontré una remolacha en un campo de acelgas y la comimos cruda.
El camino a Colonia fue tranquilo pero se largo a llover por la mitad, ya habíamos hecho 15 kilómetros y decidimos tomarnos el tren a Colonia. Caminar ya nos es grato y menos con lluvia.
Nos esperaba Paula, hace 4 meses atrás le escribí a Paula de Colonia e inmediatamente me contestó: ya puse sus nombres en el almanaque y los espero!
Paula es una mujer muyyyyyy especial, de adolescente viajó a Los Ángeles allá por 1970 y vivió toda la experiencia hippie, luego volvió a Alemania y compartió con grupos de okupas una importante fábrica de Chocolates de Colonia. Ahora vive en KAT 18 con su novio Heinz en Colonia y es un centro donde comparte comida que es donada por supermercados y todo aquel que lo necesita va y la retira de manera gratuita, así que a cada rato pasaban a retirar pan, verduras, quesos, yogures, etc..Paula y Heinz son personas que nos brindaron su hospitalidad como en la antigüedad! Ellos realmente experimentan con mucha paz lo que significa la palabra en Griego: Hospitalidad = Philoxenia (amor al extranjero). Gracias Paula y Heinz!!!
Ella tiene la filosofía de Joseph Beuys, es una artista que en vez de utilizar hierro, mármol o pintura prefiere usar las relaciones sociales como material para su obra. Increíble, su obra es su vida!
Por la mañana como llovía mucho decidimos recorrer el centro artístico y visitar a las personas con capacidades diferentes que están realizando obras de arte y nos contaron la historia de cada uno. Una experiencia que realmente nos marcó en nuestro viaje.
Por ejemplo Soulegman Tall de Senegal que sólo dibuja Puertas de Branderburgo y Susan Kümpel, cuyo padre es Arquitecto, que dibuja el Coliseo!

Düsseldorf Kilómetro 300!!!


Nos levantamos temprano y sacamos la Brújula ya que no teníamos más energía en los celulares ni en el cargador y apuntamos hacia el sur! El camino estaba plagado de industrias, humo, acero, trenes...
Con la Brújula íbamos zigzagueando, a veces hacia el este y otras hacia el oeste. A mediodía nos equivocamos y caminamos 5 kilómetros de mas y luego volver! (10km!)
Tomamos por el campo y hacia mucho calor y no teníamos agua, por suerte encontramos una sombra y nos dejamos caer en los brazos de morfeo! Dormimos casi una hora y continuamos camino. Luego de dos horas mas llegamos a un lugar llamado apfelparadise (el paraíso de la manzana) y compramos jugo de manzanas, frutillas y manzanas frescas. Como nos esperaban a las 18:00 y no llegábamos y habíamos caminado de mas nos tomamos un tren a Düsseldorf por los diez kilómetros que perdimos. No nos sentimos culpables, es increíble que en cinco minutos habíamos recorrido todo lo que faltaba!
Quedamos con nuestro anfitrión Sebastian encontrarnos a las 18:00 hs en el sur de Düsseldorf y se demoró solo 20 minutos (por supuesto que avisó que se demoraría). Al llegar se tomó las dos manos como rezando y con la cabeza hacia abajo nos pidió disculpas por su demora y luego nos agradeció profundamente por alojarnos en su casa. Esta presentación es simplemente un preámbulo de su personalidad. Sebastian es un joven de alrededor de 30 años que ha viajado por muchísimos lugares como un verdadero viajero. Es vegetariano, casi vegano, y sus anécdotas de la India y su experiencia en la selva de Perú nos dejó con la boca abierta. Trabaja 4 meses al año y viaja los 8 restantes. Continuamente transmite paz y abrió su casa de tal manera que todo estaba a nuestra disposición. Todo lo hacia con calma. En momentos que le contábamos nuestras experiencias nos sentíamos que nos escuchaba con mucha atención.
Tuvimos una cena muy especial, hongos crudos frescos, tomates, pepinos, aceite de oliva y pan calientes!
Nos quedamos hasta altas de la noche charlando y son esas noches que quedan grabadas en tu mente para siempre. Gracias Sebastián!

sábado, 20 de junio de 2015

El Rhine y el Ruhr

Martes 16 de junio (kilómetro 270))
La emoción del día es que encontraríamos el río Rhine, se llama así en Alemania pero apenas cruza la frontera con Holanda comienza a formarse un delta y lleva los nombres holandeses como Waal, Lek y otros tantos.
El paisaje comenzó a cambiar, a lo lejos divisamos estructuras de acero inoxidable, torres de la ladrillo rojo, una decía Solvay, y luego apareció otra y de pronto todo fue vapor emitido hacia el cielo! Estábamos en el Rhin en la zona industrial donde el río Ruhr desemboca.
Aprovechamos para almorzar las cerezas que nos habían regalado y descansamos junto al río viendo pasar decenas de barcazas con banderas holandesas, alemanas, búlgaras y turcas.
El río Rhin se conecta con el Danubio en un canal que se inauguró en la década del 90 y se puede navegar desde el Mar del Norte hasta el Mar Negro!
Llegamos a Duisburg a las 19 y caminamos toda la ciudad, nuestro anfitrión declinó su oferta de alojarnos por una emergencia así que seria otra noche de camping agreste. La ciudad de Duisburg resultó muy desorganizada poco limpia y hacia el sur de la ciudad cruzamos el barrio turco, daba la impresión que habíamos llegado a Estambul! Todo el mundo hablando como si discutiera, comidas turcas como el kebab y aromas del Gran Bazar.
En las afueras de la ciudad encontramos un pacífico lugar junto al río y comimos un poco de queso con una cervezas disfrutando el atardecer viendo pasar las barcazas. El humo de las chimeneas nos indicaba que el viento era del norte, la noche iba a ser fresca. Así que pusimos la carpa junto a un muro para cubrirnos del viento.
Durante la noche me despertaron voces cerca de la carpa pero luego se alejaron, solo el tren cada tanto en la noche volvía a despertarme.
Ya no teníamos mas carga eléctrica en nuestros celulares así que no pudimos sacar muchas fotos y al otro día tendríamos que viajar como en el siglo XV, con la brújula!

viernes, 19 de junio de 2015

Durmiendo en el bosque - Rheinberg

Lunes 15 de Junio (kilómetro 249)
Una mañana bien fresca para caminar dijo Kike!
El viento movía los sembrados a ambos lado del camino y producía un agradable sonido.
A medida que caminábamos descubríamos diferentes tipos de vegetales sembrados. Nos llamó la atención las plantaciones de espárragos blancos y verdes. Son pequeños surcos de tierra con los brotes cubiertos de una tela plástica.
Después de una hora de caminata nos encontramos con un puesto de frutilla y cerezas con una pareja de alemanes que la atendía. Compramos un poco de frutillas y la señora nos preguntó en alemán adonde íbamos (dos hombres con sombrero, bastones y mochilas parecen extraños en medio del campo) por suerte había aprendido la respuesta: wir gehen zu fus nach Istanbul! (Vamos a pie a Estambul) También nos preguntó de donde éramos: Woher Kommen Sie? Y pude responder: Ich bin aus argentine! (Es lo básico de alemán). Ella se sorprendió e inmediatamente trajo dos sillas para que nos sentemos y nos ofreció café con rosquillas de coco. El esposo nos tomó una fotografía riéndose. Y luego nos trajo de regalo cerezas para nuestro camino. Mientras tomábamos el café la señora le contaba a los clientes de nuestro viaje.
Este tipo de actitudes de hospitalidad de las personas nos genera alegría y es exactamente lo que buscamos al realizar este viaje, el contacto con las personas y la alegría de compartir nuestro viaje con otros y ellos nos comparten parte de sus vidas.
Cruzamos un bosque con pantanos, pájaros carpinteros, robles y álamos. Inmediatamente al salir del bosque vimos tres gigantes generadores eólicos que en cada vuelta de sus rotores nos hipnotizaban con sus zumbidos y no podíamos evitar verlos girar.
Llegamos al atardecer a Rheinberg y cruzando un lugar llamado las Fosas Eugenianas de la época de los romanos (canales de agua), encontramos un bosque y nos metimos dentro. Pusimos la carpa y comimos, luego la noche fue cerrando el bosque y nos metimos dentro de la carpa sin ningún tipo de temor.
Soñé un poco con historias de bosques pero luego pude dormir bien al igual que kike. Por la mañana nos despertaron el canto de los pájaros y salimos temprano rumbo a Duisburg que se encuentra a 21 kilómetros hacia el sur.

miércoles, 17 de junio de 2015

Kilómetro 226 - Xanten - Increíble Coincidencia

Dejamos la granja de Lottie y Chris con gran emoción, nos trataron como a miembros de su familia. Desayunamos huevos de campo con café y queso. Lottie dijo: tendrán bastantes calorías para hoy! Un fuerte abrazo de despedida un saludo cálido. Se quedaron en la puerta de su casa viéndonos alejarnos. ¡Qué bien que lo pasamos! 
Nuestra anfitriona en Xanten se llamaba Astrid y en el mes de marzo le escribí para que nos aloje y enseguida nos dijo que si. Quedamos que le escribiría unos días antes y así lo hice pero no recibí respuesta. Después de una ardua caminata llegamos a Xanten y decidimos buscar en Couchsurfing a alguien que nos aloje. Envíé tres solicitudes y solo una aceptó mi pedido. Anna en seguida me escribió preguntándome donde estaba que ella nos iba a buscar, diez minutos más tarde apareció Anna con su auto y nos dirigimos a la granja donde vive. En el camino nos comentó que justo hoy habían muchas personas en la granja y que había una gran asado y estábamos invitados. 
La granja resultó gigante, algo así como una gran estancia Argentina, con una casa de muchísimas habitaciones, establos, casas pequeñas por todos lados. Caballos, cabras, vacas, etc..
Anna nos dijo que cuando quisiéramos nos acercáramos a la barbecue (asado) y así lo hicimos. Nos encontramos con una mesa de unas 20 personas sentadas en una gran mesa de familiares alemanes frente al casco principal. Se acercó su amigo Timo con dos cervezas y nos contó de su viaje con Anna a Austria y que tenían ganas de hacer el Transiberiano. Les comentamos que lo habíamos hecho en el 2012 y compartimos ideas.
La mesa de ensaladas tenía el nombre de cada uno lo mismo que las salsas y había diferentes tipos de carnes. Un manjar!!
Allí nos sentamos junto a los familiares y comenzaron a preguntarnos sobre nuestro viaje y le resulto muy interesante. Pasamos dos horas muy gratas junto a la familia y al final ocurrió algo muy cómico. Le comenté a Anna que escribiría en el blog sobre ella y su familia y entonces me anotó el nombre del lugar y enseguida lo reconocí ya que figuraba en un correo electrónico que había recibido en marzo. Fui a traer mi ipad y no lo podía creer. Astrid era la mamá de Anna y no había podido ver su correo. Astrid ofrecía hospitalidad desde el sitio Helpx y su hija Anna desde el sitio de couchsurfing, sin saberlo Anna nos alojó!. Le mostré el correo a Astrid y Anna y quedaron sorprendidas. 
La manzana no cae lejos del árbol. Madre e hija hospitalarias en diferentes sitios internet. ....
Antes de partir se acercó Timo y nos arrojó dos bananas para el camino! Muchas Gracias Anna, Timo y Astrid!