domingo, 12 de julio de 2015

Aflojemos con el camping agreste José! Dijo kike!

Nos llovió toda la noche pero por suerte no se mojó nada. La carpa que habíamos elegido a pesar de ser pequeña funcionó muy bien.
Nos esperaban en dos granjas en esta región pero decidimos desistir dado que era muy duro pedalear todo el día y llegar para trabajar. Además los comentarios de los dueños de las granjas anteriores decían sobre los trabajos: ayudar en la huerta, recolectar verduras, pasear los perros,...pero el trabajo no coincidía con la descripción  (cavar zanjas, cortar "mucha" madera!, construir un entrepiso) (En Europa la gente de las granjas se toma a pecho el trabajo!)
Llevábamos unos días de camping agreste y ya necesitábamos energía eléctrica, limpieza, descanso, un techo, una silla,...
Cuando paró la lluvia pedaleamos hacia la ciudad de Melk. Desde adolescente esta ciudad me había llamado la atención y es que Umberto Ecco en su libro: El nombre de la Rosa, sitúa al  protagonista y narrador en Melk. (Adso de Melk)
Adso es un monje, que ya anciano, recuerda desde la Abadía de Melk sus historias de discípulo junto al monje erudito y deductivo William de Baskerville (John Connery en la película). 
Desde al menos 8 km visualizamos la Abadía en lo alto de la ciudad y me emocioné. Justo antes de llegar nos encontramos con decenas de amarras para cruceros de que recorren el Danubio y van parando en los lugares más importantes y visitaban en este caso la Abadía y el pueblo de Melk.
Avanzamos entre la ola de turistas y dejamos las bicicletas en la plaza con las mochilas cubiertas porque comenzaba a llover nuevamente.
La abadía benedictina es del siglo X y es famosa por su extensa colección de manuscritos y por ser la más importante del mundo en el estilo barroco.
Bajamos por las escaleras de la Abadía hacia el casco antiguo y nos sentamos en un bar a descansar y comenzó a llover, llover y llover. 
Esperamos dos horas y seguía lloviendo, así que a 80 kilómetros de Viena decidimos tomar un tren (los trenes permiten subir bicicletas) y alojarnos en un Hostel. 

Lo curioso es que a Patrick Leigh Fermor le pasa algo similar:

"De repente las nubes, que se habían ido oscureciendo, liberaron su carga de lluvia. La nieve, similar por un instante a una cara picada de viruelas, se convirtió en aguanieve y el cielo entero se disolvió en agua y estruendo. Encontré refugio en un establo antes de que la lluvia me empapara, y examiné con desánimo el triste panorama desde un montón de paja. Truenos y relámpagos se sucedieron sin pausa durante una hora, y entonces la tormenta se redujo a un tenaz aguacero y algunos retumbos intermitentes. El cielo estaba oscuro como en el crepúsculo. En cuanto la lluvia remitió me puse de nuevo en marcha, y cuando se desencadenó el siguiente diluvio aguardé en el interior de una iglesia donde la oscuridad era casi total. En un tramo solitario de carretera, el conductor de un camión, que avanzaba lentamente por temor a resbalar, frenó y me gritó que subiera a la caja" Patrick Leigh Fermor (llegando a Viena)




Camping agreste





Abadía de Melk





Abadía de Melk 





El clima nos pudo y avanzamos 80 km en tren



Pedaleando en Viena! 

2 comentarios:

  1. Que bárbaro...se hicieron mediáticos ... http://www.lanacion.com.ar/1804801-de-holanda-a-turquia-a-pie-e-inspirados-en-un-libro

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  2. bien por el tren, me agrada, una madre que conoce los gustos de su hijo Kike, cuídense, besos a los dos.

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