martes, 11 de agosto de 2015

El otro muro de Berlín: Strandzha (Segunda Parte)

Antes de subirnos al Lada, Teodoro nos pidió los pasaportes para corroborar que no tuviéramos problemas con la policía, se puso los anteojos y confirmó que teníamos todo en regla y dijo: vamos que les voy a mostrar este pueblo y poniendo las manos al volante continuó: LADA Rusia number one!!
Fuimos al museo de Malko Tarnovo donde se podía ver la historia de los Tracios, luego y con mucho orgullo nos indicó con la mano que lo siguiéramos y a unos cien metros de allí nos mostró la Iglesia y dijo: Catholic! Me llamó la atención que en un pueblo tan alejado de Roma y tan cerca de Constantinopla haya una iglesia católica. Teodoro con su inglés básico nos explicó que el pueblo había sido visitado por el papa Juan XXIII y Juan Pablo II y la razón era esa iglesia católica. 
Durante la ocupación otomana la iglesia Ortodoxa había mirado para otro lado los problemas de la Iglesia Ortodoxa Búlgara, entonces recurrieron a los Católicos y los ayudaron y en esa época se fundaron algunas iglesias católicas. Cuando los Otomanos fueron vencidos en la guerra de los Balcanes volvieron a ser ortodoxas y muy pocas continuaron siendo católicas como en Malko Tarnovo. Antes de asumir como Papa, Juan XXIII era el Obispo de estas iglesias. 
Teodoro trabajada como Ingeniero en Geodesia en las montañas de Strandzha y además cobraba una jubilación dado que había sido militar en la época comunista. Le gustaba cazar y nos contó que había casado dos lobos (la palabra fue fácil: lupus) , muchos jabalíes y ciervos. (Aunque dijo que estaba prohibido)
Después nos invito a tomar una cerveza al bar que siempre frecuenta, saludo a sus amigos y les contó que éramos Argentinos y que veníamos de Holanda. En el bar había retratos de Stalin y de Lenin como si el tiempo no hubiera pasado. 
Invité una segunda tanda de cervezas y llegó al bar un Físico especializado en nanotecnología llamado Dimitri que hablaba español ya que había trabajado en Barcelona después de la caída del muro. Y entonces nos pudo contar en detalles muchas acontecimientos de Bulgaria y de la época del Comunismo. 
Nos contó que después de la caída del muro sus padres y él habían perdido todo el ahorro de una vida que tenían guardado ya que el banco central comenzó a emitir más allá del respaldo. La gente ahorraba para comprarse una casa o un auto debido a la falta de créditos hipotecarios. (historia que nos resultaba familiar). 
Teodoro y Dimitri tenían la misma edad (58) pero se notaba la diferencia de ideologías: uno había sido militar en la época del comunismo, hablaba ruso perfecto y gozó de su jubilación. En cambio Dimitri siendo Físico lo echaron de la empresa de semiconductores (quizás por no ser acérrimo comunista) y tuvo que vender naranjas para alimentar a su familia.
Dimitri le encantaba hablar dando cientos de detalles y recorrió toda la historia Búlgara, desde los Tracios hasta la caída del Muro. Incluso nos contó cómo se formó el Mar Negro debido a la ruptura de la Isla de Santorini!! 
Entre charla y charla nos habíamos tomado 3 cervezas y aún no habíamos comido! Nos despedimos de Dimitri y nos regaló una nueva cerveza. Teodoro nos llevó a un edificio típico soviético donde dejamos las mochilas y nos hizo seña como de ir a comer. 
Pidió la comida para los tres: Šopska salata!, una ensalada típica Búlgara hecha con tomate, cebolla, pepino, pimiento asado y queso blanco de oveja (queso sirene o feta) acompañada de un vaso de rakia, un licor de altísima graduación alcohólica (grapa). 
Brindis tras brindis repetíamos: Nazdrave! (Nuestro típico Salud!) y Teodoro al mirar la ensalada y el licor decía: Perfeto!! 
Salimos del restaurante y al subir al Lada veo que Teodoro no podía arrancar, me bajé para ayudarlo y me mostró la llave partida. Saco del baúl sus pertenencias y comenzamos a caminar por la oscuridad de las calles del pueblo. Varias veces se le caían las cosas a Teodoro dado que zigzagueaba bastante y al ayudarlo me di cuenta que habíamos tomado de más. Teodoro era el más afectado y nosotros mientras caminábamos nos reíamos con Quique porque no sabíamos adonde íbamos y si llegaríamos al lugar donde estaban nuestras mochilas. Había sido un día muy largo desde que comenzamos a caminar desde Kosti, puse la cabeza en la almohada y quedé rendido.



Teodoro



Šopska Salata y rakia (Para recordarlo hay que pensar en la bandera de Bulgaria!) 




Museo de Malko Tarnovo - Las columnas que se ven son de la época de los Tracios
La construcción de madera es típica de la zona




Lugar donde paró Juan XXIII y Juan Pablo II en Malko Tarnovo



Una de las pocas iglesias católicas de Bulgaria 

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