sábado, 25 de julio de 2015

Día del amigo con una nueva amiga: Irina

19 de julio - 20 de julio
Con un camino trazado gracias a Stefan que conoce la zona y a Bâerbel que la había recorrido un tiempo atrás comenzamos a pedalear por pequeños senderos, campos con girasoles, pozos de péndulo, rutas desiertas y nuevamente los pueblitos pequeños quedaban atrás: Szabadszállás, Kisizsák, Izsák, Orgovány, Nemzeti Park, Kiskunmajsa...
Quique miró su aplicación de cuentakilómetros, marcaba 72 kilómetros y eran las 13, habíamos pedaleado a 14 kilómetros de promedio! Pero el calor era agobiante así que dormimos una siesta hasta que baje un poco el sol. Al ver el mapa aún quedaban otros 70 kilómetros hasta llegar a Szeged que era nuestro objetivo: acampar en la desembocadura del Maros en el río Tisza. Seguimos con buen ritmo y all llegar a la ciudad compramos comida y una merecida cerveza helada, ya sabíamos la lección que si tomábamos la cerveza antes no llegábamos ya que nos relajaba bastante. 
Llegamos al centro de Szaeged a las 10 de la noche pedaleando por la peatonal hasta un Mc Donald que sabíamos que tienen wifi gratis. Por suerte Irina, una chica Rumana de la ciudad de Arav, nos había confirmado hospitalidad para el 20 de julio. 
Seguimos pedaleando junto al río y buscábamos la desembocadura del río Maros para acampar pero estaba completamente oscuro, avanzamos unos kilómetros por un montículo de tierra y cada tanto pasaban bicicletas con luces, personas hablando y perros ladrando. La oscuridad le agrega siempre a los escenarios la incertidumbre de no saber que hay. Encontramos una luz y Quique me dice: José pedaleamos 138 kilómetros! El cansancio, el hambre y la sed generó una pequeña discusión del lugar donde dormir. Yo quería dormir sin armar la carpa ya que no daba mas pero era muy público y Quique quería acampar en medio de la oscuridad. Así que después de deliberar los pros y los contras optamos que era mejor en medio de la oscuridad. 

Por la mañana descubrimos que el ferry no funcionaba hace tiempo así que tuvimos que volver un poco hasta un puente y cambiar de camino. Pero siempre pedaleamos junto al rio Maros hasta llegar primero a la ciudad de Makó y unos kilómetros después a la frontera Húngara-Rumana en Nädlac. 
En la frontera tuvimos que esperar dos horas y media por un "problema de la computadora", en realidad fue una cuestión de corrupción aduanera ya que mientras nosotros esperábamos cruzaban vehículos de transporte informal lleno de Búlgaros y siempre remolcando algún auto sin patente detrás. Los paraban unos minutos, la policía les sacaban los pasaportes. Luego pude ver al conductor que metía la mano en el bolsillo ponía un billete dentro de otro pasaporte y le acercaba ese pasaporte a la policía Húngara. El Policía entraba en una oficina, desde donde yo estaba podía seguir todos los pasos y el policía sacaba el billete y lo guardaba. Unos minutos después los Búlgaros pasaban sin problemas. La policía Húngara esperaba que nosotros hagamos lo mismo y cada vez que le preguntaba por nuestros pasaportes me decía: The computer doesn't work. 
Decidimos relajarnos y al ver que no preguntábamos mas nos dieron los pasaportes sellados y lo mismo ocurrió con la policía Rumana. 
Nuevamente en la ruta y después de unas horas de camiones que nos pasaban muy cerca llegamos hasta la ciudad de Arav y luego a Vladimirescu donde vive Irina con su hija María de 7 años en un tranquilo barrio.
Irina dijo: Maria es un poco tímida y sólo bastó para que le haga una broma y comenzó a hablarme y hablarme en Rumano, salimos al jardín y me mostró sus muñecas, los árboles frutales y le saqué algunas fotografías. Aproveché y le pedí que me recuerde como eran los números en Rumano y así una niña de 7 años le enseñaba a un profesor de Matemáticas de 46 los números! 
Habíamos pedaleado en dos días 258 kilómetros así que nos duchamos, luego Irina sacó una sandia helada de la heladera y perdí todos los modales del anfitrión y comí mas de lo normal. (Media sandia) Hasta Quique me miró y me dijo: aflojá! 
Nos ofreció a recorrer gentilmente la ciudad o cenar en su casa, pero declinamos la oferta y le dijimos que preferíamos charlar y estar en un hogar!. Preparó pasta con espinaca y crema y brindamos por el día del amigo. Luego nos contó en detalle su trabajo de Recursos Humanos en una empresa de construcción para multinacionales. Irina hablaba un excelente inglés y nos contó que una de las razones de recibir viajeros era que hacia un año y medio se había separado y su hija Maria estaba acostumbrada a ver personas en su casa de los encuentros con amigos, pero nos comentó Irina que después de divorciarse los amigos desaparecieron. Entonces con la hospitalidad cada tanto su hija vuelve a ver amigos y el cambio no es tan brusco. 
La charla continuo, hablamos de la confianza entre extraños que se genera por la reputación entre amigos en común y que las experiencias de recibir "extraños" siempre había sido muy positiva. Nos contó de sus viajes y nosotros de los nuestros.
Por la mañana desayunamos y nos ofreció damascos de sus árboles frutales. Al salir se veían los Cárpatos así que apuntamos rumbo este siguiendo el Maros que ahora en Rumano se llama Mures!  


Siempre las cigüeñas nos acompañan



Nuevamente camping agreste en la desembocadura del Maros





Irina: nuestra anfitriona en Vladimirescu (Arav)

viernes, 24 de julio de 2015

Un tiempo de felicidad: Doris y Stefan

18 de julio - 19 de julio
Llegaron a las 6 de la tarde desde Suiza e inmediatamente que los conocimos supimos que eran agradables, en cinco minutos uno puede saber como es una persona y ellos superaron todas mis predicciones acerca de hospitalidad. 
Comimos en el atardecer una gran variedad de comidas: kolka (bondiola) de Croacia, cebollas y pimientos en conserva de Rumania, tomates secos preparados por Doris, nectarinas (pelón) de Eslovenia, roquefort garganzola y crabakaze (kase es queso) , salame en pasta fresco de la zona del sur de Hungria, noissete de melón con paprika y menta (riquísimo), pan negro de Croacia con nueces, tomates frescos con albahaca en ensalada, pedacitos de panzeta con pimienta, huevos de gallina de guinea hervidos con hierbas, pepinos y ajíes rojos de la huerta. 
Para beber tomamos cerveza fresca y después de la comida comenzaron los schnaps (bebidas alcohólicas caseros): tuiza (ciruela), kirschen (guindado) y por último licor de nuez.
Mientras comía recordaba al Museo de Francisco José y Sissi por la gran cantidad de platos que les servían y las bebidas diferentes, en esta granja me sentía como el Emperador del Imperio Austro-Húngaro!
Les pregunté a Doris como se conocieron y me contó que a los once años escribió con muchas amigas a una revista para tener amigos de cartas, ella dijo: pen friends. Cuando las cartas llegaron a Suiza se repartieron a ella le tocó la de un chico de 13 años de Rumania llamado Stefan. Comenzaron a escribirse durante 10 años hasta que Stefan se escapó de Rumania del gobierno de Ceausescu y de Securitate. (Policía militar rumana) cruzando la frontera seca con Hungría. Llegó a Alemania y después de unos meses obtuvo un trabajo en el lago Constanza en el límite con Suiza. Stefan no sabia que cruzando el lago el país era Suiza y una vez preguntó: detrás de esas montañas (Alpes Suizos) que país hay? Un colega del trabajo le dijo: Suiza y Stefan contestó que tenía una amiga. El amigo le preguntó si se acordaba el apellido y la ciudad y Stefan dijo que si, buscaron en la guía de teléfonos y había muchas personas con el apellido de Doris. Pero la primera que llamó lo atendió el padre de Doris y el preguntó: ¿usted tiene una hija llamada Doris? Y la historia continuó....Llevan 33 felices años de casados y tuvieron 4 hijos! 
Forman una pareja que desborda tranquilidad, paz y juntos disfrutan de brindar hospitalidad! 
Por la mañana Stefan me marcó el mejor camino hasta la frontera Rumana, desayunamos y Stefan llamó a un amigo de un pequeño pueblo de Rumania llamado Roberto para hospedarnos! 
Salimos de la granja y Bárbara, Doris y Stefan nos acompañaron a la puerta, nos dimos fuertes abrazos y al pedalear y saludar me sentía como se podría haber sentido Ulises cuando zarpaba de alguna isla que había pasado un tiempo de felicidad en su viaje a Itaca. 




Con Doris, Stefan y Bâerbel



Cena de emperadores! 



Turicum Tanya - Granja de Doris y Stefan



Disfrutando de la Palinka



Partiendo de un lugar donde fuimos muy felices

Un día de campo con Bâerbel

18 de Julio 
Cuando era chico siempre me llamó la atención un gran cuadro que tenía mi abuela en la sala que luego heredó mi tío Pedro. En ese cuadro aparecía un casa de madera vieja de campo, unos chicos a lo lejos y en el centro un pozo de péndulo. (Ahora se que se llama así!) por lo tanto ese cuadro refleja una imagen de Hungría ya que son típicos de aquí. 
Dejo a Fermor que lo describa: 
"Nos rodeaba una extensión infinita, salpicada de bosques y banderilleada aquí y allá por las solitarias y al principio enigmáticas perpendiculares de los pozos de péndulo. Estos artilugios primordiales, llamados shadoofs en el desierto egipcio, están formados por dos postes verticales puestos uno al lado del otro y unidos por una barra a unos dos metros del suelo, sobre la cual pivota una viga de varios metros de longitud (también se hacen doblando las ramas de un árbol hasta que solo queda una especie de tenedor). En el extremo más corto se ata el lastre, normalmente cantos rodados, hasta que los metros de viga al otro lado del pivote alcanzan la vertical, de cuya punta cuelga un palo o dos unidos entre sí si hace falta, y de ellos un cubo. El cubo se baja por el hueco del pozo arriándolo manualmente con fuerza, mientras el extremo lastrado de la viga va elevándose. Entonces se suelta la presión y el peso vuelve a caer, sacando así el cubo lleno de agua, listo para verterla en el abrevadero del ganado, que es como una canoa vaciada" 

En nuestro camino por Hungría encontramos cientos, la mayoría adornando jardines con flores dentro del cubo de agua, pero en pequeños pueblos que no había electricidad los pozos de péndulo aún estaban funcionando! 

Bâerbel dijo: vamos a ir a un lugar típico donde se pueden ver espectáculos de caballos y hay un bar de campo para tomar unas cervezas y palinka (licor húngaro), pedaleamos 13 kilómetros por el campo y llegamos a un lugar donde había muchos caballos húngaros con sus jinetes ataviados como los antiguos habitantes de aquí, los magiares. Primero se mostraban al trote tranquilo para terminar en un galope a gran velocidad, luego trajeron unos látigos que hacían sonar y los caballos obedecían y se acostaban. Después apareció un jinete con un sombrero negro circular parado con un pie en cada caballo y desde allí dominaba a otra decena de caballos y todo esto al galope!
Al finalizar jugaron a un juego que una mujer presta su pañuelo y todos corren a gran velocidad tratando de tomar el pañuelo y el que logra ganarlo se gana un beso de la mujer y así fue. Después preguntaron quien quería subir a los caballos y levanté la mano obediente y fui a dar una vuelta. 
Luego pedaleamos a otro bar llamado Marika (Maria) en medio del campo donde se prepara muy buenas comidas pero sólo tomamos palinka y cerveza, otras personas comían y tomaban, de repente recibimos de regalo la comida! Bâerbel nos había llevado a un espectáculo típico para extranjeros y no habíamos pagado nada, luego recibimos comida gratis, Bâerbel sabia todos los detalles para optimizar los recursos! 
Luego volvimos a la granja sabiendo que habíamos pasado un agradable día de campo, se reventó una cámara por las espinas de las acacias y Quique como siempre la arreglo en menos de cinco minutos. Bâerbel dijo: guau no alcancé a terminar el cigarrillo que ya esta arreglada! 
Luego tuvimos que trabajar un poco moviendo el agua de la pileta para que nos se formen algas, abrazamos a los perros y nos sentamos a tomar unas cervezas frescas. Bâerbel trayendo las cervezas dijo: vieron chicos porque no se necesita trabajar tanto para disfrutar la vida! 




Junto a Bâerbel y detrás el pozo de péndulo  - Bâerbel nuestra guía y anfitriona en Hungría

(Una genia)







Tomando unas cervezas heladas en un bar de campo en Hungría - para saber si hay bares de campo Bâerbel nos comentó que hay un trapo colgado de un árbol al lado de un camino. Seguís el camino y sabes que hay un bar! 






Esta foto es para mi cuñada Mimi! Es la misma raza que sus gatitos!





Revolviendo alabaricoques (damascos) para un futuro Schnaps de Damasco casero. Stefan el dueño de la granja le encanta preparar Schnaps! 

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Espectáculo de caballos con jinetes vestidos como Magiares


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Comida de campo ofrecida en la casa de Marika (Maria) Gracias! 





Típicas vacas de esta zona de Hungría. Pusta en húngaro (primigenius taurus hungaricus)







jueves, 23 de julio de 2015

Budapest - Kunadacs para publicar Listo!!!

17 de julio
En Budapest utilizamos las bicicletas para recorrer toda la ciudad, especialmente el Palacio de Buda y la catedral. Luego por la noche en el Hostel prepararon Goulash y entre todos los que nos hospedábamos compartimos la comida y lavamos los platos. En el Hostel tuvimos una grata conversación con chicos ingleses que están en su año sabático. 
Por la mañana seguimos el curso del Danubio primero en dirección al Sur y luego nos desviamos hacia el sureste cruzando el Ráckevel-Duna en Kiskunlacháza. El calor era tan intenso que decidimos parar, 41 grados supimos después, y dormimos en una sombra de acacias que el sol penetraba y teníamos que ir corriéndonos a cada rato. Decidimos seguir ya que al menos tendríamos un poco de viento aparente. Y así avanzamos hasta Kunadacs que nos esperaba Bārbel (Bárbara) en una granja. La granja es de Doris y Stefan pero tuvieron que viajar tres semanas a Suiza a la boda de su hijo y se quedó cuidando la granja Bāerbel una amiga del matrimonio. 
La llamé por teléfono para ponernos de acuerdo y me comentó que la casa era de madera completamente y había muchooos perros, le dije que a las seis llegaríamos.
Al llegar los ladridos comenzaron y aparecieron 9 perros! Había dos especialmente que eran los perros mas altos que había visto en mi vida, (algo de Irish wood hunt me dijo) también 16 gatos, un burro, 2 alpacas, gallinas y unas cotorras amarillas grandes.
Bárbara es alemana y hablaba un inglés perfecto, trajo tres cervezas heladas y nos preguntó de nuestro viaje. Luego trajo un mapa y nos contó que a ella le encantaba viajar a pie y en bicicleta. 
Su padre estuvo en coma durante tres años y su madre era adicta al trabajo, en 2008 cuando falleció su padre ella decidió renunciar a su trabajo de decoradora, y salir caminando a Santiago de Compostela 3400 kilómetros desde Leipzig. Luego comenzó a vivir en granjas, como nosotros pero durante meses, y no a parado desde entonces. Luego viajo en Bicicleta durante un año desde Alemania hasta donde desemboca el Danubio en Tulcea quedándose en granjas trabajando. Le pregunté por Rumania y sonriendo dijo: la gente de Rumania es encantadora!
Le pregunte que trabajos podíamos realizar en la granja y me contestó seriamente que había mucho que hacer aquí! Hay que abrazar a los animales, mover el agua de la pileta para que no se junten algas, y luego se rió diciendo disfruten chicos! 
Me tiré a la pileta después de haber pedaleado por la llanura Húngara en un día de 41 grados y disfruté el agua flotando mirando el cielo. Después de abrazar a los perros y acariciar al burro sentí que había cumplido!
Nos preparó una rica comida, trajo mas cervezas frescas y charlamos acerca de los viajes sin tiempo, la no necesidad del dinero para vivir, la naturaleza y la alegría de compartir el presente. 
Mientras atardecía contemplamos en largos silencios como avanzaba una gran tormenta eléctrica desde el este cubriendo toda la llanura. Y así pasó una de las mejores noches del viaje. Quique estaba mas contento que perro con dos colas sabiendo que no tenía que trabajar!
Mañana al atardecer llegarían Doris y Stefan desde Suiza y los conoceríamos.



Budapest desde la montaña de Buda



Una cerveza con Húngaros en el camino






Moviendo el agua de la pileta para que no se junten algas



Con nuevos amigos ingleses  en el Hostel




Mi nuevo trabàjo: Abrazar a los perros 




Esztergom


En Esztergom nos esperaba Cata, nuestra anfitriona Húngara, en su pintoresca casa llamada Kaleidoscopio, habíamos reservamos la habitación utilizando la aplicación Airbnb. Cata es una chica con una gran sonrisa de no más de 22 años y nos mostró nuestra habitación llamada Paris, las otras se llamaban Boston y Esztergom. Vivía con su perra Frida, nos dijo: como Frida Khalo.
Recorrimos la impresionante catedral, la más grande de Hungría, dentro y a la izquierda se veía en un mural de bronce inmenso a Jesús entrando a Getzmenaní arriba de un burro con los olivos y a la derecha otro mural de la última cena. La altura es impresionante y posee una cúpula de 30 metros de diámetro. En la cúpula aparecían nombres de santos que no se suelen ver en las iglesias Argentinas: San Jerónimo, San Gregorio, San Esteban,....
En la habitación Boston parada Ultrich, un alemán de unos 65 años que recorría el Danubio en una bicicleta especial (vas como acostado) desde el nacimiento del río hasta la desembocadura en el Mar Negro y si estaba con energía lo hacia de vuelta! (2600 kilómetros) 
Hacia unos minutos había visto la palabra Swarzwälder (swarz: negro wälder: selva, o sea selva negra) en el jamón crudo que estábamos comiendo y Ulrich como no sabía mucho Inglés quería explicarme donde había comenzado su viaje y no le salía decir Black Forest (selva negra en ingles) y le dije Swarzwälder y se mató de risa. Me di cuenta que cada cosa que decía lo hacia reír. Era de risa fácil como dice mi mamá.
Por la mañana nos despedimos, nos mostró su camino hasta Budapest y nos saludamos con un abrazo de viajeros y por supuesto vino bien el: Guten Raisen!
Al salir escuchamos a dos parejas de Argentinos Jubilados que decían: ¿dónde estará la Catedral? Preguntémosle a estos chicos que vienen en bicicleta. Entonces uno de los hombres hablándome como Nat King Cole (o sea en español pero con acento en inglés) preguntó: doonde estaaa laa basílicaa? Yo le contesté como Nat King Cole: habloo españool pero también Argentino y luego se echaron a reír. Estaban viajando en crucero por el Danubio y eran de de La Pampa, General Pico. Se quedaron con la boca abierta cuando les contamos de nuestro viaje.
A la salida de Esztergom El Danubio gira un ángulo recto hacia el sur debido a que se encuentra con Los Cárpatos y recién retoma el rumbo este en Servia hacia Rumania. Avanzamos zigzagueando el Danubio, a veces cruzábamos de la otra orilla en Ferry para tener mejores vista y luego volvíamos a cruzar. 
Después de cruzarnos varias veces en el camino con Ultrich llegamos a Budapest cuando las sombras ya estaban bien largas. 
El puente de las cadenas comenzó a aparecer y no podía creer que estaba en Budapest, hace de los quince años que quería conocerla. A lo alto se veía el Palacio de Buda. 






Mirando las rutas hacia Estambul con Ultrich

lunes, 20 de julio de 2015

Bratislava - Esztergom

Por suerte la bicicleta seguía andando perfectamente después de la caída. En Bratislava nos alojamos en un Hostel llamado El Patio. Aprovechamos a recorrer la ciudad a pie y subimos al famoso castillo. Comenzaron a sonar en mis oídos los sonidos eslavos, lengua que sólo podía entender alguna palabra cada tanto.
Por la noche fuimos a comer comida Eslovaca a un lugar muy especial y muy barato llamado Flag Ship completamente de madera y se asemejaba a un barco. La comida resultó: sauerkraut (chukrut), dumpling (pequeños pedacitos de masa como de tallarines hervidos) y empanaditas rellenas de queso con perejil y crema. 
Por la mañana emprendimos el camino a Esztergom que es la ciudad Húngara donde nuestro escritor termina su primer libro y es famosa por su Catedral y por pasar el camino de las cruzadas por allí. La distancia entre Bratislava y Esztergom es de 180 km pero decidimos hacerlo en dos jornadas, la noche la pasaríamos a mitad de camino en Komaron acampando junto al río Váh. 
El camino resultó muy agradable con vistas excelentes del campo y del río. Un zorro cruzó trotando un claro del bosque, luego dos ciervos corrieron delante nuestro, cigüeñas por todos lados, cada tanto un poco de lluvia y después de 180 km llegamos a Esztergom habiendo acampado en Komaron.
Vi muchas veces en el camino la palabra Pozor y no supe el significado hasta ahora, menos mal Pozor significa: tener cuidado! 
Cruzamos el puente hacia Esztergom contemplando el río y la inmensa Catedral, mientras cruzaba recordaba a mi escritor que se detiene en el medio del puente a observar las cigüeñas y escucha las campanas de la Catedral llamando para la Semana Santa. No era Semana Santa, el puente no era el mismo ya que fue derribado en la Segunda Guerra Mundial y reconstruido hace poco. Pero las cigüeñas estaban y la Catedral hacia soñar sus campanas! Allí fuimos!







 

Acampando en Komaron sobre el rio Váh



Llegamos a Esztergom



Esztergom

jueves, 16 de julio de 2015

Viena - Bratislava

La distancia entre Viena y Bratislava es de 70 km, así que salimos alrededor de las 8 con el fresco de la mañana mientras la bella Viena avanzaba entre Parques y edificios de la época del imperio mientras pedaleábamos. Tomamos la ribera norte del Danubio y por ser un sábado a la mañana había bastante actividad sobre un canal del Danubio que limita la isla Artificial Donauinsfel creada para controlar las crecientes. 
El camino de bicicleta está muy bien marcado así que simplemente seguimos la bici senda de asfalto, después de unos kilómetros nos llamó la atención dos mujeres de edad desnudas tomando sol, luego tres matrimonios desnudos charlando, un señor mayor en rollers desnudo en sentido opuesto (Dios mío!) y después ya nada nos sorprendió, cinco kilómetros de gente desnuda en total naturalidad. El denominador común: arriba de 65 años! Después supe que es la zona más famosa de desnudo de Europa.
Eran las 12 y ya habíamos hecho casi el 70% del trayecto así que decidimos descansar junto al Danubio, comimos unas frutas y sándwiches y luego la siesta sagrada de al menos una hora debajo de una buena sombra junto al río.
Nuevamente en la vía y solo hicimos unos metros y se escuchó una explosión que provenía de mi rueda trasera. La cubierta estaba tan vieja que por un agujero la cámara se reventó y no teníamos la llave 15 que se necesita para sacar la rueda. Estábamos a 20 km de Bratislava y dije bueno: vamos caminando. Gracias al Kit de reparación que Richard nos regaló Quique sacó la cámara sin desarmar la rueda, pegó el parche y en 5 minutos estábamos andando nuevamente. Cada 1 kilómetro se desinflaba y seguimos así hasta un lugar que pedimos prestado una llave 15 y Quique saco la rueda, puso la cámara de repuesto y arreglo la cubierta vieja con un parche. (Estoy escribiendo esto 300 kilómetros después y sigue en perfecto estado!) Quique tiene sus larga lista de recursos ocultos! Grande Quique!
Llegamos al pueblo de Hainburg y enseguida me di cuenta que faltaba poco ya que comenzaron a aparecer unas colinas pequeñas, señal que Bratislava estaba cerca. La cadena montañosa de Los Cárpatos comienza en Bratislava y termina en las puertas de hierro en Rumania. 
Llegamos a la frontera con Eslovaquia, en otra época era el límite con la cortina de hierro de los países del este. Las aduanas estaban abandonadas con el pasto alto, pasamos al lado como si cruzáramos de una provincia a otra en Argentina. 
En el puente que une Austria con Eslovaquia unos chicos se tiraban desde lo alto en bungee jumping al Danubio! La ciudad nos encantó, llegamos un sábado a la tarde y pedaleamos por las calles de adoquines mientras las personas disfrutaban de la comida, las cervezas y la buena música ya que en cada bar había alguien que tocaba un violín o un piano. Avanzamos a gran velocidad bajando una pendiente camino al Hostel por una calle de tranvías y de repente la rueda delantera de mi bicicleta se metió en el hueco de la vía, no pude controlar y me pegué el porrazo de mi vida. La rueda se bloqueó y di media vuelta en el aire (lo viví en cámara lenta) y caí casi de espalda. La gente se acercó debido al estruendo y la espectacularidad de la caída. Pensé lo peor, pero a medida que me movía no me dolía nada y me levanté de un salto como el negro en la película de Jerry Maguire. Una hora mas tarde estábamos bañados con una cerveza helada, comiendo un asado en el Hostel y disfrutando del atardecer de Eslovaquia nuestro cuarto país. 



Donauinsel, Isla del Danubio en Viena



Carteles de la bicisenda camino a Eslovaquia



A lo lejos se ven unas pequeñas colinas, Comienzan los Cárpatos en Bratislava



Disfrutando de una cerveza y un asado en el Hostel El Patio de Bratislava