sábado, 8 de agosto de 2015

Río Veleka - Brotilovo - Kosti (Bailarines del fuego)

Al levantarnos el viento del este había dejado de soplar y no estaba nublado, así que tendríamos un húmedo y caluroso día siguiendo el curso del Río  Veleka. Comenzamos a caminar y no pudimos evitar que nuestro perrito dejara de seguirnos. 
Unos días atrás había recibido la respuesta por mail de Nick Hunt, un viajero inglés que hizo el mismo viaje en 2011:

"...follow the Veleka River inland through the Strandzha National Park to a place called Kosti, and from there through the forest to Malko Tarnovo - this is the town from which you cross the border into Turkey.
The Strandzha is beautiful - but I got terribly lost there, so make sure you have good directions/ a good map..."

"...seguí el río Veleka tierra adentro a través del Parque Nacional Strandzha a un lugar llamado Kosti, y desde allí a través de la selva para Malko Tarnovo - esta es la ciudad de la que se cruza la frontera hacia Turquía. La zona de Strandzha es hermosa, pero me he perdido muchas veces, asegurate de tener un buen mapa y buenas referencias..."

Me recomendaba ir por la ribera sur así que haciendo caso cruzamos el puente en la ciudad de Sinemoretz y el camino se veía impecable. Después de unos kilómetros ya teníamos dudas y luego más dudas debido a que el camino se bifurcaba o simplemente terminaba. Al salir unos metros del bosque el camino se perdía completamente por el crecimiento de las plantas de frambuesas y se hacía cada vez más difícil avanzar por las espinas que raspaba nuestras mochilas, piernas y en mi caso mi pelada monacal bronceada.
Cada vez que veíamos el río nos tranquilizábamos y Wilson (apodo que le pusimos a nuestro perrito fiel) se zambullía y reaccionaba con mucho miedo de las decenas de ranas que saltaban de la orilla. Sólo vimos una víbora grande por suerte y al caminar hacíamos ruido para que se asusten.
A mediodía cruzamos el pueblito de Brodilovo, cargamos agua fresca, dormimos en una pequeña plaza y continuamos. Wilson estaba muy cansado, le dimos agua y se quedó dormido debajo de una mesa de madera.
Tratamos de no hacer ruido al irnos, así Wilson se quedaba a vivir en ese pueblito pero después de 200 metros de caminar lo teníamos nuevamente detrás nuestro. Cada tanto seguía el rastro de liebres, desaparecía en el bosque y aparecía delante nuestro como indicándonos el camino.
Por suerte el sendero se hizo más evidente y después de 8 horas de caminata y sin cruzarnos a nadie llegamos al atardecer al pueblo de Kosti. 
En Kosti sólo viven 250 habitantes y antes de 1913 el pueblo era completamente Griego y después de la guerra de los Balcanes se tuvieron que ir a Grecia y vinieron los Búlgaros que vivían en Turquía. En el pueblo quedó una antigua tradición pagana, parece ser que vienen de la época de los Tracios, llamada nestinarstvo y se trata de personas que bailan en el fuego cada 4 de agosto en la fiesta del profeta Elias. Era 4 de agosto!
Compramos dos yogures y pregunté por la fiesta y una gitana me dijo: Mine (algo así como que había terminado) Y me mostró un círculo de brasas al lado de la iglesia. La fiesta había sido el sábado.
Quisimos acampar cerca del río pero un joven gitano nos preguntó: problem Police? Y le dijimos que no y comenzó a ofrecernos para guiarnos por la frontera hasta Malko Tarnovo 35 kilómetros por el bosque y de a poco se puso bastante molesto así que decidimos volver al pueblo.
Allí sentados en la plaza se nos acercó una mujer de alrededor de cuarenta años vestida como alguien que no vivía allí y nos preguntó en un excelente Inglés: Están bien? Dónde van a dormir? 
Le conté un poco de nuestro viaje y del problema con el gitano y al enterarse que éramos Argentinos me dijo: conozco Argentina, bailo el tango, soy escritora de viajes y he escrito sobre tu país. Ahora hace un tiempo que viajo en esta región porque quiero escribir la historia de el final de Europa: La Strandhza!
Charlamos un poco mas y le contamos de nuestro viaje y me sorprendió que conocía a Patrick Leigh Fermor, la única persona en todo el viaje desde Holanda! 
Inmediatamente llamó por teléfono al intendente del pueblo y nos hospedamos en la Intendencia donde había una casa con agua caliente! 
Al intercambiar nombres el suyo me resultó conocido. 
Después supe que se trataba de la famosa escritora de viajes Kapka Kassabova, cuyo libro: Street Without a Name había estado en mis manos dos meses atrás en una librería de viajeros de Londres! Gracias Kapka!!!



Bailarines del fuego - Strandzha



Kosti - Los papeles pegados son anuncios necrológicos de gente fallecida de la región, una tradición Búlgara 



Kapka



Wilson, nuestra mascota




5 comentarios:

  1. Mis felicitaciones por este viaje inolvidable. Saludos desde Rosario.

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    1. Gracias Alejandro por tu comentario me hace sentir acompañado desde tan lejos. Saludos a Lucas, Noé y Brenda!

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  2. Gracias Kapka,, una madre muy agradecida, Dios pone siempre alguien en el camino que los cuide. adelante falta poco besos mil

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  3. Jose, me animo a decir que somos más de uno los que los estamos acompañando a través de tus palabras, aunque no escribamos. Gracias por cada palabra sentida, elegida y compartida con nosotros.
    Mando mis cariños para vos y Kike, aunque no lo conozca personalmente; los abrazo y espero en tus próximas palabras.
    Elisa

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