domingo, 3 de mayo de 2015

Siguiendo la flecha de las cigüeñas

Al realizar un viaje a pie se observan detalles que se pasan por alto en otras formas de transporte: el curso de los ríos, el nombre de los pueblos, un trabajador con su perro, una colina, una cadena montañosa, las flores, un hongo que nunca antes habíamos visto y por supuesto las aves.

Patrick Leigh Fermor nombra en sus 2 libros 24 veces la palabra cigüeña, pero la primera vez que hace mención es justo al finalizar su primer tramo en el puente que une Eslovaquia con Hungría (Esztergom). 

Como observador de aves me interesé un poco en el tema de las cigüeñas y encontré que hasta el siglo XIX la cigüeña era un misterio para los naturalistas ya que desaparecían repentinamente y nadie sabía adonde iban y luego aparecían 6 meses después. En 1822 el conde Imperial Christian Ludwig Von Bothmer descubre cerca de castillo en Klutz (Alemania), una cigüeña muerta con una flecha africana de 80 cm. clavada en el cuello que había volado desde África! 
La lanza africana fue la primer evidencia de la explicación de la desaparición de las cigüeñas y el comienzo de la investigación para confirmar las migraciones de las cigüeñas a África.
Se nombraron Pfeilstorch (Pfeil es flecha y storch es cigüeña en alemán, ya se han encontrado 29 cigüeñas con flechas africanas desde esa época). 



Fermor escribe parado en el puente de Esztergom (Eslovaquia-Hungría) terminando su primer libro:

¡Eran cigüeñas! Cuando el círculo descendió, los largos picos y las patas extendidas eran rojos como lacre. Un viejo pastor estaba apoyado en la rampa, cerca de mí, y también las miraba. Cuando algunas de las grandes aves bajaron más, la corriente de aire que creaban sus alas nos rozó los rostros alzados, y el hombre dijo algo en magiar, «Nét, góbyuk!», y sonrió. No tenía un solo diente en la boca. Dos de las aves se deslizaron río arriba. Una se abatió sobre un almiar y aleteó para recobrar el equilibrio. La segunda aterrizó debajo, en el prado, recogió las alas, convirtiéndose en un carrete blanco con zancos y pico de laca roja, y caminó hasta el borde del agua. Entretanto, las demás se posaban en las tejas de los dos pueblecitos que estaban en la cabeza del puente, y avanzaban con pasos desgarbados por los tejados para inspeccionar los nidos deteriorados que obstaculizaban muchas de las chimeneas...

....Remontando África a lo largo del Nilo, habían seguido las costas de Palestina y el Asia Menor, y entrado en Europa por el Bósforo. Entonces, perseverando a lo largo de la costa del mar Negro hasta el delta del Danubio, habían dirigido su vuelo por aquella brillante vía hasta llegar a la gran curva, a pocos kilómetros río abajo. Tras abandonar el río, su viaje seguía ahora una trayectoria hacia el oeste tanto como al norte.


Las cigüeñas llegan a Europa en la primavera (marzo) y regresan a África al comenzar el otoño (agosto), su camino es el camino del Danubio hacia Turquía y luego rodean el Mediterráneo hasta África y de ahí hasta el sur y luego vuelven. Fermor las ve justo en Hungría en Semana Santa (marzo) que vienen de África!

En verde se ve el camino que seguiremos y en rojo la ruta migratoria de las cigüeñas. 


En el comienzo de nuestro camino estaremos atentos a los impresionantes nidos de las cigüeñas que estarán criando sus pichones, pero llegando al fin de nuestros viaje en Turquía disfrutaremos las bandadas de cigüeñas migrando a África! 





Un poco de humor:



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